Frente a usted se encuentra Arcapranos el brujo de la Montaña del Fuego. Su rostro le hace pensar en un revoltijo de vísceras y sus dientes a innumerables cuchillas. Cuando este abominable personaje fija sus diminutos ojos negros sobre la esfera de cristal, siente usted un dolor espantoso que le hace temblar como una hoja. Su corazón se detiene.